martes, 8 de abril de 2014

La ladrona de libros

Por extraño que parezca, con la carrera de filología había perdido el hábito de leer. Pasé de devorar libros, de alimentarme solo de palabras, a leer por obligación para clase. Esto no quiere decir que no me gustase lo que leía, lo cierto es que encontré preciosas piezas de todo tipo de literatura a lo largo de los cuatro años de estudio que realicé, pero otros tantos me decepcionaban seriamente. Me encontré tan atareada con esa necesidad analítica tan propia de los estudios literarios que dejé, progresivamente, de disfrutar de los libros y, por consiguiente, dejé de leer por amor.

Siempre he sentido adoración por los libros, ya desde que era pequeña y lo único que hacía era leer y releer los cuentos de Beatrix Potter que tenía en mis manos. El tacto, el olor, la sensación de una nueva historia esperándome tras las tapas. Verme en una librería o una biblioteca siempre fue todo un espectáculo, no soy capaz de caminar entre las altas estanterías sin pasar la mano por los lomos, como si para escoger uno tuviera que sentir esa chispa magnética que me iba a atravesar la mano. No puedo evitar aspirar el aroma de las palabras al entrar en un lugar plagado de historias. Siempre creí que La sombra del viento me había enamorado sobre todo por "La biblioteca de los libros olvidados". Me derrito cada vez que leo la descripción de aquel lugar de ensueño, siento que podría ser yo misma la que estuviera allí viendo las marcas de otros tantos que han dejado allí sus libros.

Leyendo cómo explico este amor incondicional del que sufro desde hace ya mucho tiempo, entenderéis una de las tantas razones por las que tuve que dejar la carrera. Era inconcebible que aquello que estudiaba por mi amor a las palabras, fuera lo mismo que hacía que no quisiese leer. 

Empecé este año con mal pie, muy mal pie. Pero a pesar de todo, meses antes de acabar el 2013, había empezado a redactar una lista de sueños o metas, como queráis llamarlo, y estaba totalmente dispuesta a cumplir cada uno de los puntos de una lista que a día de hoy sigue creciendo. No soy de las que se ponen propósitos de año nuevo, nunca lo he hecho. Sin embargo, con una lista en una mano y un muy mal comienzo en la otra, me propuse ciertas cosas, entre ellas, volver a leer.

Me ha costado volver a pillarlo, pero tras acabar Crónicas marcianas de Ray Bradbury he empezado con mi regalo de cumpleaños, La ladrona de libros. Por primera vez en mucho tiempo, me asusté ante un libro, hacía mucho que no leía algo con más de doscientas páginas y creí que me cansaría y lo abandonaría. Al principio fue así, lo dejé abandonado dos semanas, pero lo volví a empezar este fin de semana pasado. Hoy, con el libro ya acabado, puedo decir que me he vuelto a enamorar de la lectura y de sus sorprendentes efectos. Hacía mucho, muchísimo tiempo, que no lloraba tanto con un libro. Es una historia tan trágica como hermosa, no sabría describir la cantidad de emociones que se sienten en cada página y lo rápido que pasa el tiempo cuando la pequeña Liesel Meminger roba libros frente a ti. 

Estoy encantada, terriblemente emocionada y muy orgullosa pudiendo decir que deseaba llegar a casa para coger el libro después de clase, que en mi cabeza cada imagen se repetía una y otra vez aun sin tener las descripciones delante de mi. No sé si analíticamente los filólogos coincidirán conmigo en lo grandioso de esta lectura, pero personalmente no me importa en absoluto. 

Hoy me he vuelto a enamorar llorando con las últimas frases de un maravilloso libro. Hoy ha vuelto esa sensación de adoración con el tacto de cada página. Creo sinceramente que por un momento fui capaz de sentir las palabras solo con pasar mis dedos por encima. Hoy La ladrona de libros me ha despertado de un sueño que fue, a mi parecer, demasiado largo.

1 comentario:

  1. Aunque a mí no me pasó como a tí exactamente, sí que entiendo lo que dices. Yo también estudié filología y, aunque disfruté con algunas obras, con otras muchas leía a desgana y empecé a asquearme un poco. Al final son etapas, lo importante es retomar lo que tanto nos ha gustado siempre que es leer, da igual el tiempo que pase. Y es más, da igual con qué libro sea, mientras cumpla su propósito, bienvenido sea. Aunque permíteme que te diga una cosa, es muy llamativo que hayas retomado la lectura con "La ladrona de libros", un libro que habla sobre los libros y el papel tan importante que tienen en nuestras vidas; tiene algo de mágico. En fin, poco más que añadir. Veo que eres de las mías, de las que desean que un sitio como el cementerio de los libros olvidados de Zafón exista :)

    Saludos

    Míriam

    ResponderEliminar